Barnacla cuellirroja: vecinos poco recomendables
Oca collroja - Branta ruficollis (Red-breasted Goose)
En julio del año pasado hablé de la barnacla cariblanca (oca de galta blanca) y poco después, en octubre, de la barnacla cuellinegra (oca de collar). Ahora le llega el turno a otra Branta pero todavía más escasa y difícil de ver que las dos anteriores. Puedes buscarla en invierno entre las decenas de millares de ánsares que se ven en Holanda o, mejor, ir a zonas concretas de Rumanía y Bulgaria. En España aparecía intermitentemente en Villafáfila hasta el 2007, en la Nava en 2013 y 2014, en Neaño el 2015 pero ya no hay ninguna cita posterior a esa en eBird, aunque existen unas pocas anteriores a 2006. Ninguna tampoco en Catalunya.
Cría en la proximidad de lagos y lagunas en tundra con arbustos y abedul enano de la mitad norte de las provincias siberianas de Yamalia y Krasnoyarsk. Pasa el invierno en el centro-norte y centro-este de Europa pero, en mayor número, en el entorno del Mar Negro y el Mar Caspio. Durante esos meses fríos gusta de alimentarse en lo que ahora es terreno agrícola, normalmente cerca de humedales.
Mide entre 53 y 56 cm de punta de pico a punta de cola. Machos y hembras presentan el mismo aspecto (ausencia de dimorfismo sexual) aunque los machos tienden a ser más grandes (como mucho, 3 cm más grandes) que las hembras. La envergadura alar máxima es de 135 cm.
Su dieta es vegetariana consumiendo hojas, brotes, tallos, semillas y otras partes verdes de hierba y plantas acuáticas así como cereales: maíz, trigo, cebada… En la foto de abajo podéis ver dos ejemplares en un barbecho de maíz. También consume tubérculos pero no me consta que cate la chicha, fuera de los bichos minúsculos que pueda tragar junto con las plantas.
Empieza a construir el nido en junio. Supongo que no lo hace antes porque ha de esperar a que la nieve se funda. Prefiere que sea cerca de alguna laguna y escoge terreno con pendiende – incluso acantilados y afloramientos rososos. Lo más curioso es que busca la cercanía – a entre 10 y 30 m – de nidos de halcón peregrino y busardo calzado e de incluso de gavión hiperbóreo. Ciertamente, las rapaces – o el gavión – defenderán ante los intrusos (págalos, zorros árticos…) su territorio, pero no me extrañaría que, a falta de mejores piezas, se cobrase algún pollo de barnacla como sueldo para el segurata. En ocasiones, la barnacla cuellirroja también nidifica dentro de colonias de charranes árticos, muy peleones con los depredadores pero inofensivos para la descendencia.
El nido de esta barnacla consiste en una depresión somera excavada en el suelo cuyo interior forra con tallos, hierba y plumón. Forma pequeñas colonias de 5 o 6 parejas aunque pueden llegar a juntarse 37. Si todo va bien, usará el mismo enclave durante varios años. Pone 6 o 7 huevos. Solo incuba la hembra pero el macho monta guardia. En cuanto las barnaclitas pueden caminar (muy pronto tras la eclosión) ambos padres las guían y custodian hasta los terrenos de alimentación, que pueden estar a varios kilómetros de distancia. Quedan totalmente emplumadas al cabo de un máximo de 45 días. Los años buenos de lemmings*, es decir, cuando estos roedores se reproducen a lo grande, son buenos años para la cría de la barnacla cuellirroja porque su principal depredador, el zorro ártico (pero también los demás) están ocupadísimos sirviendose lemmings y apenas se meten con las barnaclitas, a las que hay que atrapar soslayando la defensa genérica de la rapaz y la específica de sus padres.
Aunque algún ejemplar precoz ya se reproduce al segundo año de vida, lo normal es que las cuellirrojas empiecen a reproducirse al tercero o al cuarto. Dos individuos vivieron hasta los 21 en cautividad; normalmente las aves viven bastante menos en libertad que en cautividad. Pero en cautividad se aburren más.
La UICN clasifica de vulnerable a la barnacla cuellirroja. Su población oscila bastante dependiendo de múltiples factores. En el mejor año de los últimos tiempos (2012) se registraron 150.000 ejemplares. Pero se constata un declive constante, aunque difícil de medir. Este parece tener cierta relación con la disminución de las dos aves rapaces, en especial el halcón peregrino, debido al exceso en el uso de pesticidas que, en esas remotas zonas de Rusia todavía no se ha regulado. Pero BirdLife también considera que la caza descontrolada en Rusia, Kazajistán, Bulgaria y Rumanía está afectando a la población de la barnacla cuellirroja. Cuando la fui a buscar (Bulgaria, año 2009) me explicaron que era mejor acercarse ellas a pie porque los cazadores les disparaban directamente desde los coches y éstos, al menos allí, les daban más miedo que la figura humana. Fuimos caminando un buen trecho pero, aún así, nos resultó imposible acercarnos a menos de 150 m, de ahí que las fotos que ilustran este articulillo tengan una calidad tan precaria.
* Dicrostonyx torquatus y Lemmus sibiricus.
