Halcón peregrino: popularmente letal
Falcó peregrí - Falco peregrinus (Peregrine Falcon)
¡Lo que es la cultura! Propongo un ejercicio ¿cuántos adjetivos le podemos endosar al acentor común (Pardal de bardissa)? Digamos que; pequeño, insectívoro, amarronado, discreto y escondedizo. Es una especie (ya tratada en “Conócelas”) que, ornitólog@s aparte, poca gente conoce. Así que, con “desconocido”, son seis adjetivos. Sin embargo la cosa es muy distinta con el halcón peregrino: poderoso, popular, espectacular, hermoso, carnívoro, heráldico, cosmopolita, veloz, audaz, icónico, fascinante, regio, mortífero… He citado trece y seguro que se os ocurren algunos más.
Incluso quienes saben muy poco de aves han oído hablar de ese halcón que desciende en picado a “cientos de kilómetros por hora” para matar a sus víctimas en el aire, por sorpresa……la paloma volaba tan tranquila y, un segundo después, está cayendo a plomo, sin vida.
Semejante sistema de caza no puede competir en impacto emocional con la paciente labor de los pajaritos que van picando insectos entre la hojarasca o los que comen semillas de cardo. Aunque para una oruguita el acentor común también es mortífero, su opinión parece que no cuenta. Y es que el ser humano siempre ha admirado las efusiones de sangre, el hachazo certero… Un tema digno de reflexión.
El halcón peregrino, posado en el suelo y bien derecho, apenas le llega a la rodilla a un crío de diez años pues, de punta de pico a punta de cola, las hembras de mayor tamaño no miden más de 51 cm. Los machos más canijos se quedan en los 35 cm (hay variación entre sus 19 subespecies). Su envergadura alar máxima es de 114 cm; poco más de los 110 de la gaviota reidora (Gavina comú). Pero, por alguna razón, no nos parece que “pequeño” describa debidamente a este pájaro ya que su “tamaño cultural” es considerable. En cetrería, si no me equivoco, solo el halcón gerifalte (Grifó) ostenta un rango superior. Pero esa especie es menos conocida ya que habita regiones árticas que le quedan lejos a la mayoría de personas. En cambio, el halcón peregrino se considera la rapaz más ampliamente distribuida ya que ha conquistado la mayor parte del planeta y solo está ausente del ártico extremo; casi toda Groenlandia (aunque cría en sus costas suroccidentales), el NE de Canadá, Islandia y algunas costas e islas siberianas. Tampoco aparece por la Antártida. En las zonas frescas, boreales y árticas del hemisferio norte es una especie estival que “peregrina” a las latitudes tropicales, templadas y frescas del hemisferio sur. Excepción a esta norma son las poblaciones permanentes que hay en las islas Aleutianas, Alaska y el extremo meridional de Sudamérica, Tierra del Fuego incluida.
Según datos antiguos del ICO (2002), en Catalunya viven unos 600 ejemplares adultos. Durante los pasos migratorios nos visitan los que han nacido o han criado en Escandinavia y el oeste de Rusia, camino del África subsahariana donde es sobre todo un ave invernante aunque, por ejemplo en Madagascar, vive todo el año.
Si miramos el mapa de su distribución reproductora en Catalunya, las zonas donde apenas se ve son las comarcas del sur de Lleida y una franja que va desde Barcelona hasta el Baix Empordà.
En invierno, los ejemplares residentes se dispersan (sobre todo los juveniles) para buscarse la vida en lugares que a veces están lejos de su zona de cría y, además, acogemos a entre 250 y 350 individuos escandinavos o rusos. De octubre a marzo parece ser común en las comarcas del Alt y Baix Empordà, el sur de Tarragona, el Baix Llobregat y el Garraf.
Tras la debacle de los pesticidas de la segunda mitad del siglo XX, el halcón peregrino se ha ido recuperando en casi toda Europa; no en vano se han tomado muchas medidas al respecto y a ello ha colaborado esa popularidad de la que hablaba al principio.
En Barcelona es relativamente fácil de ver en la Sagrada Familia y Diagonal Mar, donde hay parejas permanentes. Antes de que la gaviota patiamarilla (Gavià argentat) se convirtiese en cazadora de palomas, esa presa era exclusiva de las pocas parejas de halcón peregrino que se habían introducido en dicha ciudad.
Parece ser que en invierno los entornos periurbanos son un foco de atracción para los halcones peregrinos debido a la abundancia de paloma bravía doméstica (Colom roquer), paloma torcaz (Tudó), tórtola turca (Tórtora turca) y estornino pinto (Estornell vulgar). Su mayor amenaza, en cualquier época del año, son los cazadores que causan el 50% de los ingresos de esta rapaz en los centros de recuperación, aunque también mueren regularmente en los tendidos eléctricos y, a menor escala, en los aerogeneradores.
Como es una especie muy bien estudiada, este artículo se alarga con datos tan curiosos como que en 328 ataques a estorninos pintos se midió un índice de acierto del 23 %; algo más de cuatro de cada cinco se le escaparon. Por lo visto, le iba mejor cuando se centraba en ejemplares que volaban en solitario pero normalmente prefería atacar a bandadas; es el ansia… Si bien resulta un típico ejemplo de depredador diurno, se le ha visto llevar palomas al nido en plena noche; a la naturaleza le encantan las excepciones.
Además de palomas y estorninos mentados – y solo en el hemisferio norte – al halcón peregrino se le ha visto cazar otras 296 especies de aves, desde loros a alcas (gavots) pasando por garzas y patos. Su record (que se sepa) consistió en abatir una barnacla canadiense de dos kilos de peso. Uno de los datos más elásticos que se cita con frecuencia es la velocidad que alcanza en sus picados. Unas pocas mediciones hechas con aparatos arrojaron la cifra máxima de 174 km/h y los estudiosos aventuran que podría llegar a los 200. En textos divulgativos no especializados he llegado a leer la exorbitante cifra de 400 km/h. Me temo que a esa velocidad, o bien ardería espontáneamente o bien quedaría desplumado. Muy a menudo caza al vuelo pero a veces ataca a víctimas posadas en el suelo y, además, no se limita a los pájaros si no que, dependiendo de dónde y cuando, captura roedores, murciélagos, reptiles, insectos e incluso peces y carroña. Es lógico que, a lo largo y ancho del mundo, sus técnicas y presas sean diversas, de ahí que se ría de su propia especialización; no en vano la flexibilidad suele ser una ventaja evolutiva.
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