Busardo chapulinero: repostando saltamontes
aligot de Swainson - Buteo swainsoni (Swainson’s Hawk)

En vuelo recuerda mucho al adulto claro de águila calzada (àguila calçada) pero no: éste es un busardo estrictamente americano que, posado (véase la foto del final), resulta francamente elegante, con esa garganta blanca.

Busardo chapulinero adulto en vuelo cerca del Horsehead Lake (North Dakota – EEUU 29-5-2022). Foto de Salva Solé.

Cría en el norte de México, la mitad occidental de EEUU y el oeste de Canadá llegando, por el norte, hasta el SE de Alaska. Pero al declinar el verano migra hacia el sur para acabar instalándose en un área con forma elíptica del norte de Argentina que abarca desde el SE de la provincia de Río Negro hasta el SE de la provincia de Santiago del Estero. El ejemplar que menos camino recorra hará sus buenos 8.300 km (entre norte de México y Santiago del Estero) mientras que el más viajero irá desde Alaska hasta Rio negro atravesando cosa de 13.800 km. Al menos podrá evitar volar sobre el mar. Entre las aves rapaces, solo la subespecie ártica del halcón peregino (Falco peregrinus tundrius) realiza una migración más larga.

El nombre vernáculo que nuestros expertos escogieron para al Buteo swainsoni cuando, durante de la creación del Handbook of the Birds of the World (volumen II; año 1994) se marcaron la magna tarea de estandarizar el nombre castellano todas las aves del mundo, fue el que ya se le daba en Honduras: busardo chapulinero. Por aquellos pagos, a los saltamontes se les conoce como chapulines y quizás son una de las presas que más consume este busardo cuando se detiene a “repostar” en Honduras. O no, porque con frecuencia los nombres populares se basan en observaciones poco rigurosas. Está constatado que, entre sus presas invertebradas, los saltamontes y langostas (ortópteros) son su primera opción pero habitualmente prefiere vertebrados tales como roedores, aves y reptiles, que tienen más chicha. Entre los invertebrados también consume libélulas y orugas de mariposa diurna. Como ya supondréis, su dieta dependerá, dentro del rango descrito, de lo que esté más disponible en cada sitio y cada momento, algo que cambia bastante entre Alaska, México y Argentina. O entre primavera boreal  y primavera austral.

De punta de pico a punta de cola mide de 48 a 56 cm, con una envergadura alar máxima de 137 cm. Son medidas similares a las de nuestro busardo ratonero (aligot comú). Las hembras de chapulinero son más grandes y pesadas que los machos pero, por lo demás, presentan el mismo aspecto. No obstante, hay que ver que el macho más pequeño puede pesar 683 g, mientras que la hembra más grande llega a los 1.367 g: justo el doble.

Originalmente era un ave esteparia pero, en la actualidad, como tantas otras, se ha adaptado a los terrenos agrícolas que han sustituido a la estepa en la mayor parte de su área de distribución. Acepta también el paisaje con arboledas y terreno arbustivo. Los cultivos de cereal crecidos son demasiado altos como para que pueda detectar a sus presas habituales. Sigue a tractores y cosechadoras para atrapar a los ratones e insectos que levantan.

Para hacer el nido necesita un árbol solitario, un arbusto, una pequeña arboleda o una hilera de árboles a lo largo de un torrente. Curiosamente, es siempre el macho quien elige el lugar de nidificación. Luego, ambos miembros de la pareja construirán el nido a base de palos, ramitas verdes y rastrojos, aunque el macho llevará a cabo el grueso de la tarea. En ello emplearán una semana, como mucho dos. Sin embargo, será la hembra la que afronte el 95% de la incubación siendo sustituida por el macho solo durante los cortos periodos en que sale a cazar algo para comer.

Aunque el busardo chapulinero es un eficaz reductor de las plagas agrícolas, hasta al menos 1930 estuvo clasificado de “alimaña” y se le disparaba sin antes preguntar. Eso fue cambiando y, aunque actualmente sigue padeciendo la larga lista de causas de muerte provocadas por el ser humano (electrocución, atropello, envenenamiento, choques con cristales y cables, contaminación por pesticidas…) se le considera no amenazado ya que sus poblaciones son numerosas y se han llegado a contar bandadas migratorias de hasta 10.000 ejemplares, mezclados entre otras rapaces viajeras. Su población no ha sido estimada pero un dato antiguo (1996) informa de que en el paso migratorio post-nupcial por Panamá de ese año se contaron 845.465 busardos chapulineros, lo que es como decir los que hubo en 1996 ya que todos pasan por allí.  Posiblemente, en la actualidad (2023), tras dos décadas y pico de mejora en las condiciones de conservación de las rapaces en EE.UU., los numeros sean mayores. Cuando visité una esquinita de su área de reproducción (solo Minnesota y North Dakota) en la primavera del 2022, en cuatro jornadas de pajareo pude ver 17 ejemplares.

Busardo chapulinero adulto (En ruta por North Dakota – NE EEUU 28-5-2022). Foto de Salva Solé.

 

Birds of the World

Salvador Solé

Ornitólogo, fotógrafo, viajero y articulista. Socio de SEO/BirdLife desde 2002, colabora con el Grupo Local SEO Barcelona desde su fundación en 2010 y desde el mismo imparte cursos y charlas, también es guía de excursiones ornitológicas divulgativas.

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