Cárabo lapón: emblema de la taiga
Gamarús de Lapònia - Strix nebulosa (Great Grey Owl)
Hay alegrías que, como un eco inextinguible, reverberan a lo largo de toda la vida. Pasado el tiempo, no sueles pensar en ellas pero te inundan cuando las rememoras. Dar con el cárabo lapón fue una de esas. Mi colega Miquel y yo habíamos agotado media tarde y las primeras horas de la noche transitando a 20 km/h – varias veces – la longitud de una pista de pocos kilómetros, ruta en la que – según nos dijeron unos ornitólogos locales – esta especie se había visto dos días atrás. Como era primavera y estábamos en el noreste de Minnesota, cerca de la frontera entre Canadá y EEUU, patrullar de noche nos restaba horas de sueño. Habiendo fracasado, decidimos apurar la madrugada del día siguiente empezando antes de que se insinuara el sol: esa fue otra hora y media, inútil y legañosa, contemplando el paso de las píceas a ambos lados del coche. Ya derrotados, para abandonar el lugar, decidimos tomar una pista de tierra que no hubiésemos machacado y fue allí, al estilo de la Virgen de Lourdes, donde se nos apareció este pedazo bicho y nos bendijo dejándose retratar. No es que no nos lo mereciéramos…
De punta de pico a punta de cola el cárabo lapón mide entre 61 y 84 cm, con 158 cm de envergadura alar máxima. Las hembras son mayores y más robustas que los machos pero para ver esa diferencia hace falta que ambos conyugues posen juntos. Su cuerpo puede ser algo más largo que el del búho real (duc) pero éste le gana dos o tres decímetros de envergadura alar. El cárabo lapón es el único cárabo (Strix) que se encuentra tanto en América como en Eurasia.
Así como el búho nival (duc blanc) es un emblema de la tundra, el cárabo lapón lo es de la taiga: densas y extensas masas forestales boreales de coníferas típicas de Canadá y Rusia. Para vivir, selecciona preferentemente bosques con zonas clareadas y pantanos como los que se forman cuando la nieve se derrite en terreno llano. Al sur de su distribución también ocupa bosques montanos hasta los 3200 m.s.n.m., que tienen un clima similar al de la taiga. Es un ave sedentaria que nomadea por su amplio territorios y cuyos juveniles se dispersan sin realizar nada que pueda llamarse migración. A diferencia del búho nival, cuyos ejemplares más viajeros bajan en invierno casi hasta Florida, el cárabo lapón soporta lo peor del frío sin apenas desplazamientos.
En Europa solo vive en el norte de Suecia, Finlandia, Bielorrusia y Lituania, con algunas parejas en Polonia y Ucrania. Pero su área de distribución euroasiática se extiende desde allí hasta el extremo oriental de Rusia, norte de Kazajistán, Mongolia y NE de China. En Norteamérica ocupa Canadá, Alaska, la esquina NE de Minnesota y los estados del NO de EEUU llegando por el sur, gracias al clima montano, hasta el norte de California.
Como supondrás, se trata de un superdepredador que ataca a los alces jóvenes… Pues no: lo suyo son los roedores terrestres variados y algunos arborícolas, como las ardillas. Más raramente se puede lanzar a por aves de mediano y pequeño tamaño (patos, lagópodos, mirlos…) y algún mustélido. En las largas noches invernales captura – detectándolos de oído – ratones que circulan por los túneles que excavaron en la nieve. En verano caza de día y de noche, entre otras cosas porque, en esas latitudes, el sol apenas permanece alguna hora bajo el horizonte.
Empieza con los escarceos nupciales en noviembre, algo habitual entre las rapaces nocturnas sedentarias del hemisferio norte. También en esas fechas las parejas empiezan a “buscar piso” que, en realidad, se trata del cuarto de los niños. Pero no hacen nido si no que aprovechan los que otras grandes aves han abandonado: águila pescadora, azor, cuervo… Suelen estar sobre troncos rotos, horquillas o ramas gruesas. Ni siquiera añade material: nada de llevar ramitas arriba y abajo. La hembra se limita a excavar una depresión en el centro del viejo nido y ahí pondrá los huevos. Si els hi agrada el piset, usarán el mismo durante varios años. Pero si no lo tienen ya escogido, el proceso de encontrarlo puede durar entre 17 y 26 días pues entienden que no hay que tomar decisiones apresuradas. Aceptan plataformas que les hayan montado los humanos. Los tres huevos que suele poner pesan juntos el 20% de lo que pesa la hembra, quien será la única que incube, mientras que el macho caza y la alimenta entre tres y cinco veces al día. El periodo de incubación oscila entre 28 y 36 jornadas. Cuando eclosionan, primero el macho trae presas para los pollos pero en cuanto crecen un tanto, la hembra también sale a cazar para alimentarlos. Hacia el final del verano o principio del otoño los juveniles se independizan. El récord de dispersión juvenil de esta especie lo tiene un ejemplar canadiense que acabó instalándose a 732 km del nido donde nació, pero la mayoría busca establecerse tan cerca como los progenitores se lo permitan.
Las poblaciones de esta rapaz nocturna fluctúan mucho dependiendo de la disponibilidad de roedores pero también saben recuperarse. Se calcula que su censo mundial está entre los 50.000 y 100.000 individuos. La UICN lo clasifica como “no amenazado” y, al menos en EEUU y Canadá, parece que su número va en aumento. Lo que más le afecta negativamente es la deforestación.