Polluela chica: target para pajareros con sangre en las venas
Rasclet – Zapornia pusilla (Baillon’s Crake)
Con entre 17 y 19 cm de punta de pico a punta de cola, esta es la más pequeña de las tres polluelas que cada primavera, con suerte o información de la buena, pueden verse en Catalunya y en Europa. Aunque también es la más escasa, es la única que cría de vez en cuando en nuestro territorio, así que pertenece al club de especies valiosas para cualquier pajarer@ con sangre en las venas.
En el reciente atlas del ICO (2015 – 2018) te explican que en el 2017 se detectaron 6 machos territoriales y en el 2019 hasta 40, lo cual no indica necesariamente una tendencia ya que su presencia varía mucho de un año a otro, dependiendo de que las condiciones le sean más o menos favorables pero también de otros factores difíciles de evaluar. Se sospecha que hay más de las que se detectan, sobre todo en zonas con poca prospección. Es un especie que canta mayormente de noche y puede que no se la oiga a más de 75 m de distancia, aunque, si se desgañita, llega a 300. El sitio para buscarla, al menos en los últimos años, es Aiguamolls de l’Empordà, entre abril y junio. Pero la única vez que la vi en Catalunya (año 2005) fue en el Delta del Llobregat, seguramente un ejemplar de paso hacia el norte. Para mostrarla, he tenido que recurrir a imágenes captadas en Australia, donde es más fácil de observar que en Europa. Y tampoco es que sean buenas fotos… Pero estoy apurando mi archivo para conseguir que “Conócelas” llegue a cumplir los siete añitos presentando especies visibles en Catalunya.
En el resto de España solo hay citas de cría puntuales, sin un patrón demasiado concreto. Pero recordemos que, siendo un ave especialmente difícil de detectar, es muy probable que sea menos rara de lo que parece.
En Catalunya le gustan los prados inundados con hierba entre corta y mediana salpicada de matas de mayor porte. Así que lo suyo no son los carrizales. Se alimenta de larvas y adultos de insectos acuáticos y terrestres. Secundariamente pica gusanos, moluscos y crustáceos e incluso algo de materia vegetal, por ejemplo, semillas. Busca sus presas en la superficie del agua y entre las plantas caídas que flotan.
Se ríe del dimorfismo sexual porque en su caso es muy sutil: depende de leves variaciones en el “antifaz” y en la extensión del parche blanco de la garganta; nada que permita distinguir un macho de una hembra de manera definitiva, salvo quizás en algún caso notorio.
Su área de distribución mundial es enorme ya que la encontramos, como especie estival, de forma discontinua, desde Portugal hasta el norte de Japón. Sus zonas de invernada principales están en el sur de Asia, desde Pakistán hasta el sur del Japón, pasando por Borneo, Malasia y Java. Tiene poblaciones residentes en el Delta del Nilo, Etiopía y desde Uganda hacia el sur, Madagascar incluido. Pero también en Sumatra, Australia e incluso Nueva Zelanda. A causa de tan extensa presencia, se la considera no globalmente amenazada. Sin embargo, en Europa se ha constatado la pérdida de poblaciones porque necesita ecosistemas muy específicos y cada vez menos frecuentes. Las sequías inherentes al cambio climático no ayudan, ni tampoco sus espectaculares inundaciones de primavera.
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