Águila moteada: cleptoparasitismo y cainismo
Àguila cridanera - Clanga clanga (Greater Spotted Eagle)
De las tres águilas del género Clanga, esta es la que alcanza mayor envergadura. De punta de pico a punta de cola mide entre 59 y 71 cm y de punta a punta de ala llega a los 180 cm. Los adultos presentan un plumaje uniformemente marrón oscuro, sin marcas, motas o franjas, mientras que los juveniles son distintivos – y vistosos – con sus filas de de puntas claras en las plumas del ala. Esas puntas se irán oscureciendo con la edad y al cabo de unos cuatro o cinco años mostrarán la sobria librea adulta. Las hembras son, en promedio, un 20% más grandes y hasta un 40% más pesadas que los machos pero, por lo demás, su aspecto resulta idéntico. Como ves, en ambas fotos ilustro juveniles.
Esta rapaz migratoria cría a lo largo de una ancha franja de clima boreal, desde Estonia hasta el NE de China, pasando por casi todo el sur de Rusia, norte de Kazajistán y de Mongolia. En otoño vuela entre unos cientos y unos miles de kilómetros hacia el sur instalándose, como muy al oeste, en un par de puntos del sur de Francia. Desde allí la encontramos en la Europa oriental, algunos países del NE de África, la península arábiga y sigue hasta el litoral este de China. El extremo sur de su distribución invernal está en la península malaya. Algunos individuos se quedan a pasar los meses fríos en Israel donde es bastante más común durante la migración pre-nupcial. Las fotos de este articulillo están tomadas allí, en el mes de marzo.
En Catalunya es una rareza que se ve de lustro en lustro pero desde el 2008, un pequeño contingente de ejemplares (como máximo, 5) pasa el invierno en El Hondo (Alicante), único lugar de la península ibérica donde sucede esto y el mejor sitio para verla si vives en Catalunya.
Su ecosistema de reproducción son los bosques alrededor de humedales diversos, desde marismas interiores a manglares, habitualmente por debajo de los 1000 m.s.n.m. En invierno también visita arrozales, piscifactorías, embalses, cultivos de regadío, depuradoras y vertederos.
Puesta a la mesa, se adapta a las presas disponibles en cada lugar y cada época del año así que, despreciando la verdura, depreda sobre casi cualquier animal que pueda matar. La lista incluiría mamíferos acuáticos como las ratas almizcleras, toperas y arroceras pero también otros roedores no acuáticos, aves como el grévol común (grèvol), la perdiz pardilla (perdiu xerra), avefría europea (fredeluga) y la corneja cenicienta (cornella enmantellada). No le hace ascos a las ranas, los lagartos, serpientes, peces pequeños, carroña ni basura. En Malasia y Tailandia se le ha visto acosar a otras rapaces para quitarles la presa: a eso, en jerga científica, se llama cleptoparasitismo.
A entre 5 y 25 metros del suelo, en un árbol grande de hoja ancha, ambos conyugues construyen el nido a base de palitroques, acolchando su interior con tallos tiernos y hierba. Como pueden usar el mismo nido durante varios años y, al igual que las cigüeñas, le van añadiendo material, a veces alcanza un tamaño considerable.
Durante 41 a 44 días, la hembra se encarga de incubar entre uno y tres huevos. Como en muchas otras rapaces los pollos del águila moteada practican el cainismo y solo el más fuerte sobrevive. La hembra cuida de ellos en el nido – sin inmiscuirse en sus peleas – pero es el macho quien trae las presas para alimentarlos. Como gran rapaz que es, el águila moteada apenas tiene depredadores, aunque se reportó un buhó real (Duc) que mató a una cría ya totalmente emplumada. Los estudios indican que solo sobrevive un promedio de “medio pollo” (0,6) por pareja y puesta. Sería lo mismo que decir que cada pareja consigue sacar adelante un pollo cada dos años. Y habría que ver cuantos de ellos llegan a reproducirse con éxito. Sin embargo, como vive decenas de años, si nada más influyese, cada pareja debería llegar a reponer la muerte de los adultos pero…
La UICN clasifica de “vulnerable” a esta especie ya que, como reproductora, se ha ido extinguiendo en algunos países: la antigua república Checa, Rumanía, Hungría, Israel… En Finlandia, Polonia y Bielorusia ya quedan muy pocas parejas. También ha disminuido en el oeste de Rusia. Le perjudica la alteración de los humedales y bosques donde anida y también es víctima frecuente de los tendidos eléctricos y del envenenamiento deliberado. La matan a tiros en el este del Mediterráneo y en Rusia. BirdLife calcula que quedan unos de 8.800 ejemplares adultos. A partir del 2002 se empezaron a aplicar varias iniciativas de protección pero no he leído nada acerca de sus resultados.
