Éider menor: el poligonero
Èider de Steller - Polysticta stelleri (Steller’s Eider)
En el mundo hay cuatro especies de éideres y tres de ellos ya los he presentado en ”Conócelas”, ahora le llega el turno al cuarto. Aunque antaño el éider común visitaba el litoral catalán cada invierno y del éider real hay cuatro citas homologadas en el estado español hasta 2008, del éider menor no hay ninguna. ¿Dónde verlo? Consultando el eBird observarás que, si no quieres arriesgarte a viajar en balde, lo seguro es visitar la península de Varanger (extremo norte de Noruega) en el mes de marzo. De ahí para abajo es una especie invernante escasa en el sur de Escandinavia (Suecia y Finlandia) y rara de narices en cualquier otro lugar. La cita más meridional en Europa es de noviembre de 1989 en Cracovia (Polonia) y la segunda en Graawn (extremo sur de países Bajos) en junio de 1996.
La última cita en Islandia data del año 2012: el éider menor se reiría de los trópicos si no fuese porque posiblemente ignore que existen.
Al igual que el resto de éideres, el diseño del plumaje nupcial del macho (foto de abajo) es, como poco, caprichoso. Las hembras, sin embargo, visten un muy discreto castaño oscuro (foto de cabecera).
De punta de pico a punta de cola mide entre 43 cm (las hembras más pequeñas) y 48 (los machos mas grandes). Eso lo convierte en el más pequeño de sus parientes, detalle que se reflejó en el nombre cuando, hace ya bastantes años, pasó de llamarse éider de Steller a éider menor.
Su ecosistema de reproducción está en la tundra ártica y se trata de lagunas, ríos y charcas. No obstante, siente debilidad por el llamado “suelo poligonal”: una especie de cuadrícula creada por la congelación y descongelación de la tundra que la fusión de la nieve invernal inunda parcialmente. Prefiere estar cerca de la costa pero no es raro que críe a decenas de kilómetros tierra dentro. En invierno frecuenta el mar frente a litorales rocosos bajos entrando en bahías, estuarios y costas donde las aguas tengan menos de 5 metros de profundidad.
Se alimenta en función de la época del año: en verano es insectívoro consumiendo sobre todo dípteros del género Chironomidae y típulas, ambos de aspecto semejante al de los mosquitos. Tienen poca chicha pero son tan abundantes que puede vivir de ellos durante meses. Sin embargo, en invierno se alimenta de invertebrados marinos, mayormente moluscos y crustáceos pero también gusanos poliquetos, estrellas de mar, pequeños peces y caracoles.
Se reproduce en varias secciones septentrionales de Siberia, tocando a la costa, aunque no en las islas árticas rusas. También hay una población en el norte de Alaska, donde tomé las fotos que ilustran este articulillo. En invierno, viaja al norte de Escandinavia, las islas Kuriles (Rusia oriental) y el largo archipiélago de las Aleutianas. Algunos individuos se dispersan más al sur de esas zonas de invernada, como ya he comentado al principio.
La IUCN lo considera vulnerable. Aunque calcula sus efectivos en entre 110.000 y 125.000 ejemplares, ha disminuido sensiblemente en las últimas décadas. Se sospecha del posible envenenamiento por plomo de perdigones en zonas de invernada, la contaminación atmosférica, minera y petrolera del Ártico, la muerte accidental en redes de pesca y el cambio climático. Como se mueve por zonas remotas, es difícil realizar investigaciones exhaustivas tanto en el tiempo como en el espacio y todavía faltan muchos datos al respecto.